El arte y la estética
Hace unos años, estaba cenando con un grupo de jóvenes cuando nuestra conversación giró hacia el tema de la música. Durante la discusión, hice un comentario sobre cómo creía que había una diferencia cualitativa entre la música de Bach y la de un músico que era popular entre los cristianos al momento de nuestra discusión. Cuando uno de los que estaban en el grupo en nuestra mesa escuchó esto, inmediatamente respondió airadamente y me acusó de tener un prejuicio flagrante y un espíritu de juicio. Aun cuando intenté explicar lo que había dicho, el joven había determinado que yo era elitista y ya no quiso escucharme más.
Este incidente sirve como recordatorio de que una de las formas predominantes de encarar el arte es decir simplemente que "la belleza está en el ojo (oído) del que lo contempla." También sirve para mostrar que los conceptos de "bueno" o "malo," o "bello" o "feo," u otros adjetivos, forman parte de nuestro vocabulario cuando hablamos de arte. Esto es cierto, sea que creamos que dichos términos se aplican sólo a algunos individuos o a todos. El vocabulario pertenece a un campo de la filosofía que se denomina estética.
Todos nosotros tratamos con la estética en distintos momentos de nuestras vidas, y muchos de nosotros incorporamos afirmaciones estéticas en conversaciones cotidianas. Por ejemplo, podremos decir: "Esa fue una gran película." O "esa fue una película horrible." Cuando hacemos este tipo de afirmaciones generalmente no pensamos seriamente en cómo estos términos se aplican a lo que hemos visto. Estamos dando nuestras opiniones, pero esas opiniones suelen ser el resultado de una respuesta emocional inmediata. El desafío aparece cuando intentamos relacionar afirmaciones cualitativas acerca de la película como parte de una búsqueda de pautas universales que puedan ser aplicadas a todo el arte. Cuando aceptamos este desafío, comenzamos a explicar por qué algunos artistas y su arte son grandes, algunos meramente buenos, y otros son intrascendentes.
El arte y la Biblia
¿Qué dice la Biblia acerca del arte? Felizmente, la Biblia no pide a los cristianos que desprecien el arte. De hecho, el arte es imperativo cuando se lo considera desde el mandato bíblico de que todo lo que hagamos debe ser hecho para la gloria de Dios (1 Co. 10:31). Debemos ofrecerle lo mejor que tengamos-intelectualmente, artísticamente y espiritualmente. Además, en el centro mismo del cristianismo se encuentra la encarnación ("la Palabra hecha carne"), un evento que identificó a Dios con el mundo físico y le dio dignidad. Un Hombre real murió en la cruz y fue depositado sobre una tumba real y dura como una piedra. Las ideas griegas de "otro mundo" que fomentaron una perspectiva manchada y depravada de la naturaleza (y, por ende, de la estética) no encuentran lugar en el cristianismo bíblico. La dicotomía entre lo sagrado y lo secular es, por lo tanto, ajena a la fe bíblica. La afirmación de Pablo, "todas las cosas son puras para el puro" (Tit. 1:15), incluye el arte. Si bien podemos reconocer que la creatividad humana, como todos los demás dones que Dios nos ha otorgado, puede ser usada incorrectamente, no hay nada inherente malo o más malo en el arte que en otras áreas de la actividad humana.
El Antiguo Testamento
El Antiguo Testamento está repleto de ejemplos que confirman la dimensión artística. Éxodo 25 muestra que Dios ordenó la arquitectura hermosa, junto con otras formas de arte (labrado de metales, diseño de vestimenta, tapicería, etc.), en la construcción del tabernáculo y luego el templo. Aquí encontramos algo único en la historia: ¡obras de arte concebidas y diseñadas por el Dios infinito y luego transmitidas y ejecutadas por sus aprendices humanos!
La poesía es otra evidencia del amor de Dios por la belleza. Una gran parte del Antiguo Testamento, incluyendo los Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los Cantares, porciones de los profetas, y Job, ciertamente contienen poesía. Dado que Dios inspiró las palabras mismas de las Escrituras, sigue lógicamente que Él inspiró la forma poética de estos pasajes.
La música y la danza se encuentran frecuentemente en la Biblia. En Éxodo 15, los hijos de Israel celebraron la victoria de Dios sobre los egipcios en el Mar Rojo con cantos, danza y tocando instrumentos. En 1 Crónicas 23:5, encontramos músicos en el templo, y sus instrumentos han sido hechos específicamente por el rey David para alabar a Dios. Y debemos recordar que la poesía lírica de los Salmos fue hecha inicialmente para ser cantada.
El Nuevo Testamento
El Nuevo Testamento también incluye perspectivas artísticas. El ejemplo más obvio es Jesús mismo. Antes que nada, su oficio era carpintero, un artesano habilidoso Segundo, sus enseñanzas están llenas de ejemplos que revelan su sensibilidad ante la belleza que lo rodeaba: el zorro, el nido del ave, el lirio, el gorrión y la paloma, los cielos refulgentes, una vid, una semilla de mostaza. Jesús también era un experto contador de historias. Hizo buen uso de su propio contexto cultural para impartir su mensaje, y a veces lo hizo bastante dramáticamente. Muchas de sus parábolas eran historias ficticias, pero no obstante fueron usadas para enseñar verdades espirituales a través de la imaginación.
También debemos recordar que toda la Biblia no es sólo revelación, sino que es en sí misma una obra de arte. Y esta obra de arte "ha sido la mayor influencia individual sobre el arte. Arroja más luz sobre el proceso creativo y sobre el uso del arte que ninguna otra fuente, porque en ella se encuentran las grandes verdades acerca del hombre y de Dios, que son los manantiales del arte."
miércoles, 9 de junio de 2010
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